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- Están en los dos extremos del servicio eléctrico: en generación y distribución. ¿Cuál es la situación en cada mercado? -En generación es muy simple. Cuando se privatizó, la Argentina pretendía tres cosas: bajar los precios, aumentar la capacidad de generación y sumar tecnología nueva y no contaminante. Y todo eso se logró. Por eso la solución para el mercado mayorista es volver a la ley 24.065. No decimos aumentar los precios en forma antinatural sino trazar un camino de recuperación de precios de la energía para volver a la ley. En la distribución, la solución es más complicada, porque las distribuidoras les venden a los votantes. Y los votantes también se acostumbran a los precios muy bajos. Y el peligro entonces será que tenemos un país donde los votantes se están acostumbrando a pagar menos que cualquiera en el resto del mundo. La respuesta es dialogar, negociar y encontrar un cronograma para aumentar los precios al usuario final en un lapso que no sea políticamente volátil pero que a la vez les permita a las empresas recuperarse. También hay otros componentes, no se trata sólo de aumentar los precios, sino de ver cómo se recuperan las pérdidas de antes del 2002, en donde se rompieron todos los contratos de concesión. Cuando los ingresos se han visto reducidos en un 80% y la deuda y los costos siguen en dólares, uno no puede darse el lujo de invertir. Eso hay que revertirlo. Hay que saber que siempre alguien paga por el servicio: si lo toma el Estado, se pagan más impuestos. Si lo hacen las empresas privadas, se pagan más altas las tarifas. Siempre hay alguien que paga, aunque el juego de los políticos sea que la gente no se dé cuenta de quién. - Pero aunque el Gobierno les permita una suba, los usuarios no pueden pagar una tarifa dolarizada -Sí (ríe), los exportadores podrían. Nosotros estamos subsidiando a los exportadores, que venden en dólares con la electricidad pesificada. Estamos subsidiando todos los aspectos de la economía en estos momentos. - AES fue de las primeras en demandar a la Argentina en los tribunales internacionales por incumplimiento de contrato. ¿Cuánto reclaman y en qué estado se encuentra la demanda? -La demanda es por mil millones de dólares. Estamos ya en las audiencias preliminares con la comisión de arbitraje del Ciadi (organo del Banco Mundial). El Gobierno ha criticado mucho nuestra decisión de seguir adelante con el reclamo. Incluso nos han amenzado con no hablar con nosotros si seguimos adelante con nuestro reclamo. Pero no hay otra decisión que podamos tomar, porque el Gobierno no nos está hablando, de todos modos. - En caso de que avanzaran las negociaciones con el Gobierno, ¿evaluarían retirar la demanda? ¿Se puede interrumpir el proceso? -En este momento, con respecto a la Argentina, tenemos dos tipos de inversión: una, en el sector energía. Y otra es este juicio soberano contra el país. Nosotros preferiríamos continuar con las inversiones en electricidad, antes de seguir con este reclamo. Pero necesitamos algo más que promesas porque el Estado ya rompió sus promesas. Creo que lo que va a pasar es que para aquellos que han insistido en sus reclamos, y que están muy avanzados, va a ser muy difícil desistir en funcion de promesas de que las cosas van a mejorar.Por Josefina Giglio LA NACION | 10.08.2003 | Página 07 | Economía |