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Luego
de la renuncia de Fernando de la Rúa, hace prácticamente un año, el
grito "que se vayan todos" se había convertido en la bandera
de los caceroleros. La demanda tuvo menos impacto en los altos niveles,
pero llegó a la línea de los dirigentes que están más cerca de sus
representados: la de los intendentes. Entre los políticos que tienen
contacto más directo con la gente, por distintas causas, 29 jefes
comunales siguieron la suerte del ex mandatario.
Renuncias provocadas por presiones políticas o asfixia económica, destituciones al perder el control de sus concejos deliberantes, para los intendentes parece ya no ser una seguridad para continuar en sus cargos imponerse en una elección. La situación se da tanto en localidades de pocos habitantes como en ciudades cuantitativamente muy importantes del país. Por caso, en la capital tucumana renunció el ex bussista Raúl Topa, que parecía una figura clave para la gober-nabilidad de la provincia al iniciarse el mandato del peronista Julio Miranda. La razón de su salida del poder municipal fue una enfermedad, pero la grave crisis de su distrito apuró la decisión de Topa, que dejó su puesto en manos del PJ. Ese dato no es menor, porque indica que el juego de las mayorías parlamentarias puede cambiar el signo político elegido en las urnas, una posibilidad abierta desde diciembre último. Otro intendente importante que lucha por su permanencia es el menemista Germán Kammerath, que debe enfrentar una iniciativa popular para desalojarlo de la estratégica capital cordobesa. Mayorías momentáneas Cuando en abril último el gobernador entrerriano Sergio Montiel (UCR) tuvo que recibir el apoyo del presidente Eduardo Duhalde para evitar su suspensión por juicio político, definió claramente el nuevo escenario político argentino: todo queda en manos de las mayorías momentáneas. El fue salvado por un diputado provincial del PJ que votó en contra de su bloque, mientras que los acusadores recibían el respaldo de un radical y tres ex aliancistas. Ese movimiento de coaliciones tácticas de escasa duración se ve en concejos deliberantes que ponen en jaque a los intendentes. En Buenos Aires, un caso especial se da en Lomas de Zamora. El intendente elegido en 1999, Edgardo Di Dio (Alianza-Frepaso), fue removido de su puesto en marzo último por un concejo deliberante con mayoría opositora, tras numerosas protestas sociales y la recurrente toma del palacio municipal. Lo reemplazó Ciro Annicchiarico (Frente Grande), quien estuvo 15 días en el cargo. Asumió luego Mirta Quiroga (ex Frente Grande) por sólo 40 días hasta que tomó la posta el peronista Héctor Menzi. Por diferente motivos, algunos por ser convocados en el Gobierno, los ciudadanos de Buenos Aires perdieron a nueve de los intendentes que habían elegido. Varios son investigados por la oposición para impulsar juicios políticos. Por eso el senador provincial Jorge Martínez (UCR) impulsó una ley para evitar que los jefes comunales pudiesen ser suspendidos frente a acusaciones si antes no se hace efectiva la prisión preventiva. El gobernador Felipe Solá vetó esa norma. En San Luis En San Luis fueron sometidos a juicios políticos los intendentes de las cuatro comunas más importantes. Sólo pudo evitar la destitución Carlos Ponce, de la capital puntana. El común denominador de esa embestida contra los jefes comunales fue que esos distritos no firmaron un pacto con el gobierno provincial que tendía a centralizar el poder en San Luis. En su descargo, uno de esos jefes comunales destituidos, Enrique Pairone, de Justo Daract, afirmó que su situación se debió al enfrentamiento con la familia Rodríguez Saá: "Es un castigo impuesto por el gobierno de la provincia a través de los concejales del Frente Justicialista, que durante toda la gestión han puesto palos en la rueda, por uno u otro motivo. Algunos dirigentes justicialistas dicen que esto le pasa a Pairone por pelearse con el gobierno. Lo que quieren decir es que al gobierno de San Luis hay que aceptarle todo. El intendente que no sea adolfista corre esta suerte". El martes último se sumó a la lista de intendentes caídos en desgracia el riojano Roberto Brizuela, que estaba al frente de la comuna de Juan Facundo Quiroga. Sin apoyo político e intimado por el Tribunal de Cuentas provincial a reintegrar casi un millón y medio de pesos, este intendente peronista decidió presentar la renuncia. La renuncia de Brizuela llegó en un momento en que el Superior Tribunal de Justicia de La Rioja puso freno a la iniciación de juicios políticos contra intendentes, al hacer lugar a una medida de no innovar presentada por 17 de los 18 jefes comunales. En Santiago del Estero, luego de la abrumadora victoria del juarismo en las elecciones para gobernador, el intendente de La Banda, Francisco García Piazza (Movimiento Viable), comprendió que ya no tenía demasiado margen de maniobras frente a las diarias protestas y presentó la renuncia. El repaso de algunos casos señala el movimiento fuerte que se vive en la micropolítica nacional, en esa línea donde la separación entre el político y el votante tiene un margen mínimo, donde mayorías y minorías mutan en tiempos breves. Por Daniel Gallo CORDOBA.- La Junta Electoral Municipal de esta capital dio un nuevo paso en el proceso de revocatoria del mandato del intendente municipal, Germán Kammerath (Ucedé), al dictaminar que el número de firmas de ciudadanos en favor de la puesta en marcha de ese mecanismo institucional habilita a convocar, en un plazo de no más de 30 días, a un referéndum. Si esto finalmente ocurre -se descuenta que se librarán arduas batallas en los tribunales para impedir la votación-, un resultado adverso en las urnas determinaría la automática destitución del jefe comunal. La situación se repite en 15 provincias Buenos Aires: Edgardo Di Dio (Frepaso-Lomas de Zamora) fue destituido por juicio político. Renunciaron Ciro Annicchiarico y Mirta Quiroga (Frente Grande-Lomas de Zamora), Carlos Infanzón (PJ-Berazategui), Julio Zanatelli (AR-Tandil) y Jorge Barrochio (UCR-Trenque Lauquen). Jujuy: fue destituido Héctor Viviani (PJ-El Carmen). Tucumán: renunció Raúl Topa (independiente, ex Fuerza Republicana-San Miguel de Tucumán). Santa Fe: renunció Gerardo Carlucci (UCR-Capitán Bermúdez. Entre Ríos: renunció Daniel Tisocco (UCR-Chajarí). Santiago del Estero: renunció Francisco García Piazza (Viable-La Banda). San Luis: fueron destituidos en juicio político Enrique Pairone (Alianza- Daract), Lino Aguilar (PJ-Villa Mercedes) y Jorge Alvarez (Alianza-Merlo). Formosa: fueron destituidos en juicio político, pero están en funciones merced a amparos judiciales Antonio Dorrego (PJ-Pirané), Gerónimo Alvarez (PJ-Los Chiriguanos) y Eusebio Luna (PJ-Pozo de Mazza). Chubut: Pablo Helmer (PJ-Rawson) fue destituido en juicio político. Río Negro: renunciaron Atilio Feudal (UCR-Bariloche) y Sergio Wisky (UCR-El Bolsón). Neuquén: suspendieron por seis meses a Enrique Campos (PJ-Junín de los Andes) y renunció Norberto Stampella (UCR-Picún Leufú). La Rioja: renunció Roberto Brizuela (PJ-Juan Facundo Quiroga). Salta: fueron destituidos por juicio político, pero están en funciones por amparos judiciales Norman Montero (PJ-Aguaray) y Dardo Quiroga (PJ-Colonia Santa Rosa). Tierra del Fuego: Adrián Fernández (PJ-Tolhuin) fue destituido por juicio político, pero regresó al cargo por un fallo de la Corte fueguina. Córdoba: renunciaron Miguel Rickel (Unión Vecinal-La Cumbrecita) y Manuel Carbone (Unión Vecinal-Calamayo), por enfermedad.LA NACION | 08/12/2002 |